“La rebeldía en los adolescentes es una oposición a la autoridad; así
como una contradicción a los principios y a la conducta paterna”. Por
supuesto que ello, atraviesa prácticamente todas las posibilidades de
interacción social de los adolescentes y su entorno: casa, escuela,
reuniones con sus amigos, partidos de fut bol, idas al cine y más.
La importancia del presente análisis no solo reside en que una
rebeldía mal encauzada es destructiva, sino también en conocer los
nuevos paradigmas relacionados con el análisis de los adolescentes. Los
datos que ahora conocemos, cuestionan fuertemente los planteamientos que
hemos realizado desde la psicología y otras ciencias en relación a la
adolescencia. Y, sugieren abandonar viejos esquemas e incorporar nuevas
formas, nuevos modelos, nuevas leyes de explicación de los hechos.
Una nueva visión de la realidad
Las formas de ver u observar la realidad, se rompen de forma
sorprendente cada vez que la ciencia nos permite observar lo no
observable a nuestros ojos. Como resultado de ello, se rompen nuestros
paradigmas, nuestras maneras de ver la realidad y cuando ello sucede,
“la realidad vuelve a cero”, como lo señala el futurólogo Joel Baker
(Idea de paradigma, 2011).
La nueva realidad de los adolescentes
Con la ayuda de potentes microscopios la realidad vuelve a cambiar
cuando analizamos la conducta humana y “mediante las técnicas de
neuroimagen se puede estudiar el cerebro con lujo de detalle, tanto en
lo referente a la estructura como a la función cerebral”, como lo señala
Richard Haier, Neurocientífico, Mind Research Network, Univ. New Mexico
(Podemos leer la mente, 2011).
Pues bien, pudiera ser que nuestros conocimientos relacionados con la
adolescencia podrían regresar a cero y si somos incapaces de aprender
¿qué es lo que está pasando en sus cerebros?, los problemas de
interacción social podrían tener un cauce más positivo.
Como lo menciona el futurólogo Joel Barker (2011), “si uno es
flexible en sus paradigmas lo que escuchará serán oportunidades, de lo
contrario escucharemos amenazas
El cerebro de los adolescentes
Metafóricamente si pensamos en las neuronas como un árbol, un roble,
el tronco sería el axón y las ramas las dendritas, y el cerebro de los
adolescentes primero necesita engrosar su tronco, tener muchas ramas, y
al llegar a la madurez, conservar la fortaleza de su tronco, podar las
ramas que no dan frutos y quedarse únicamente con las que si los darán.
Para llegar a la madurez necesaria el cerebro de los adolescentes sufre cambios sustanciales:
1) los axones se van engrosando con una sustancia grasosa y
aislante llamada mielina (es la materia blanca del cerebro) para mejorar
la corriente eléctrica y su velocidad de transmisión aumenta hasta 100
veces,
2) Las ramas de las cabezas de las neuronas que se usan para
establecer comunicación con otras neuronas crecen también, pero a medida
que vamos creciendo se perderán esas ramas (poda neuronal) y solamente
quedarán aquellas verdaderamente importantes para realizar las conductas
aprendidas,
3) este cambio en la estructura del cerebro parte desde la nuca (las
zonas más cercanas al tallo cerebral) hasta la frente (área frontal)
comprende en principio las áreas más sensoriales como la visión
(localizada en el área occipital, arriba de la nuca) pasando por las
zonas relacionadas con el movimiento, llegando finalmente a la corteza
prefontal una zona más evolucionada,
4) el mismo procedimiento de poda y engrosamiento neuronal llega al
área que une los dos hemisferios cerebrales, llamado cuerpo calloso y
5) para cerrar con broche de oro el director de la orquesta
(hipocampo) se encarga de coordinar todos los procesos de memoria con
todas las zonas del cerebro implicadas con el fin de establecer metas
conductuales y comparar planes diferentes; el resultado es que nos
volvemos más hábiles para integrar la memoria y la experiencia a
nuestras decisiones.
Al mismo tiempo, las zonas frontales desarrollan mayor velocidad y
conexiones más ricas, permitiendo generar y sopesar muchas más variables
y planes que antes (Dobbs, 2011).
En cuanto desarrollo cerebral, la madurez no llega hasta los 20, o
incluso a los 30 años. Sarah Jayne Blakemore, del Institute of Cognitive
Neuroscience del University College London (UCL) (Plasticidad cerebral,
2011).
La influencia de los mensajeros químicos
En psicología analizamos las estructuras (órganos, tejidos y sistemas
incluyendo células), los procesos (los mensajeros químicos como los
neuroconductores y las hormonas) y productos (la conducta en sí como la
rebeldía).
Dentro de nuestro cuerpo se encuentran órganos y sustancias ubicadas
estratégicamente con el fin de ayudar o apoyar ciertas funciones de
nuestro organismo, estas funcionan como mensajeros quienes se encargan
de traer y llevar órdenes: las hormonas y las neuronas.
Son mensajeros químicos: la dopamina, la norepinefrina, oxitocina, testosterona, serotonina, vasopresina y otros más.
La influencia del tiempo
Hay otra experiencia interna que se vive directamente en el cerebro: el tiempo.
El tiempo es invisible, el tiempo es intocable y sin embargo el tiempo controla nuestra vida.
El más disfuncional de los relojes biológicos es el de los
adolescentes. En la escuela por la mañana, los adolescentes parecen no
estar en su mejor momento para trabajar. Padres y maestros luchan todos
los días con los adolescentes para activarlos durante el día, pero esto
se debe a su reloj biológico. Los seres humanos tienen su propio
mecanismo de cronometraje interno o reloj biológico. Cuando dormimos,
bebemos, comemos o nos ejercitamos nuestro reloj interno dirige estas
actividades. Mucha gente piensa que los adolescentes son perezosos y
seguramente algunos lo son, pero es una predisposición biológica ir a la
cama tarde y levantarse tarde. Esto podría suponer cambios radicales en
la educación pues la biología de la adolescencia podría dictar el
formato de su horario escolar. El mejor momento para estudiar sería
entre las 11 am y las 15 hrs., y después tomar clases por su cuenta.
Simplemente prestando atención a su reloj biológico podría ser posible
mejorar la educación y los resultados académicos de todo el país (Reloj
biológico, 2011).
Reflexiones finales
Los cambios por venir, entre otros, implicarían mover los horarios en
las escuelas secundarias, preparatorias y universidades, para hacer
más óptimo el aprendizaje de los adolescentes.
La capacitación y el aprendizaje de parte de padres y autoridades con
el fin de ajustarnos nuevamente a nuestros ritmos biológicos naturales.
Enseñar a los adolescentes los riesgos de no saber manejar sus emociones.
Como padres orientar a nuestros hijos con amor, pero con disciplina.
Capacitar en las escuelas con métodos alternativos para bajar el estrés como clases de meditación.
Incentivar torneos deportivos para sacar de una forma más sana la
agresividad de los adolescentes producto de la mezcla de
neuroconductores y hormonas.
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