viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Por qué los adolescentes son rebeldes?

“La rebeldía en los adolescentes es una oposición a la autoridad; así como una contradicción a los principios y a la conducta paterna”. Por supuesto que ello, atraviesa prácticamente todas las posibilidades de interacción social de los adolescentes y su entorno: casa, escuela, reuniones con sus amigos, partidos de fut bol, idas al cine y más.
La importancia del presente análisis no solo reside en que una rebeldía mal encauzada es destructiva, sino también en conocer los nuevos paradigmas relacionados con el análisis de los adolescentes. Los datos que ahora conocemos, cuestionan fuertemente los planteamientos que hemos realizado desde la psicología y otras ciencias en relación a la adolescencia. Y, sugieren abandonar viejos esquemas e incorporar nuevas formas, nuevos modelos, nuevas leyes de explicación de los hechos.

Una nueva visión de la realidad
Las formas de ver u observar la realidad, se rompen de forma sorprendente cada vez que la ciencia nos permite observar lo no observable a nuestros ojos.  Como resultado de ello, se rompen nuestros paradigmas, nuestras maneras de ver la realidad y cuando ello sucede, “la realidad vuelve a cero”, como lo señala el futurólogo Joel Baker (Idea de paradigma, 2011).

La nueva realidad de los adolescentes
Con la ayuda de potentes microscopios la realidad vuelve a cambiar cuando analizamos la conducta humana y “mediante las técnicas de neuroimagen se puede estudiar el cerebro con lujo de detalle, tanto en lo referente a la estructura como a la función cerebral”, como lo señala Richard Haier, Neurocientífico, Mind Research Network, Univ. New Mexico (Podemos leer la mente, 2011).
Pues bien, pudiera ser que nuestros conocimientos relacionados con la adolescencia podrían regresar a cero y si somos incapaces de aprender ¿qué es lo que está pasando en sus cerebros?, los problemas de interacción social  podrían tener un cauce más positivo.
Como lo menciona el futurólogo Joel Barker (2011), “si uno es flexible en sus paradigmas lo que escuchará serán oportunidades, de lo contrario escucharemos amenazas

El cerebro de los adolescentes
Metafóricamente si pensamos en las neuronas como un árbol, un roble, el tronco sería el axón y las ramas las dendritas, y el cerebro de los adolescentes primero necesita engrosar su tronco, tener muchas ramas, y al llegar a la madurez, conservar la fortaleza de su tronco, podar las ramas que no dan frutos y quedarse únicamente con las que si los darán.
Para llegar a la madurez necesaria el cerebro de los adolescentes sufre cambios sustanciales:
1)    los axones se van engrosando con una sustancia grasosa y aislante llamada mielina (es la materia blanca del cerebro) para mejorar la corriente eléctrica y su velocidad de transmisión aumenta hasta 100 veces,
2)    Las ramas de las cabezas de las neuronas que se usan para establecer comunicación con otras neuronas crecen también, pero a medida que vamos creciendo se perderán esas ramas (poda neuronal) y solamente quedarán aquellas verdaderamente importantes para realizar las conductas aprendidas,
3) este cambio en la estructura del cerebro parte desde la nuca (las zonas más cercanas al tallo cerebral) hasta la frente (área frontal) comprende en principio las áreas más sensoriales como la visión (localizada en el área occipital, arriba de la nuca) pasando por las zonas relacionadas con el movimiento, llegando finalmente a la corteza prefontal una zona más evolucionada,
4) el mismo procedimiento de poda y engrosamiento neuronal llega al área que une los dos hemisferios cerebrales, llamado cuerpo calloso y
5) para cerrar con broche de oro el director de la orquesta (hipocampo) se encarga de coordinar todos los procesos de memoria con todas las zonas del cerebro implicadas con el fin de establecer metas conductuales y comparar planes diferentes; el resultado es que nos volvemos más hábiles para integrar la memoria y la experiencia a nuestras decisiones.
Al mismo tiempo, las zonas frontales desarrollan mayor velocidad y conexiones más ricas, permitiendo generar y sopesar muchas más variables y planes que antes (Dobbs, 2011).
En cuanto desarrollo cerebral, la madurez no llega hasta los 20, o incluso a los 30 años. Sarah Jayne Blakemore, del Institute of Cognitive Neuroscience del University College London (UCL) (Plasticidad cerebral, 2011).

La influencia de los mensajeros químicos
En psicología analizamos las estructuras (órganos, tejidos y sistemas incluyendo células), los procesos (los mensajeros químicos como los neuroconductores y las hormonas) y productos (la conducta en sí como la rebeldía).
Dentro de nuestro cuerpo se encuentran órganos y sustancias ubicadas estratégicamente  con el fin de ayudar o apoyar ciertas funciones de nuestro organismo, estas funcionan como mensajeros quienes se encargan de  traer y llevar órdenes: las hormonas y las neuronas.
Son mensajeros químicos: la dopamina, la norepinefrina, oxitocina, testosterona, serotonina, vasopresina y otros más.

La influencia del tiempo
 Hay otra experiencia interna que se vive directamente en el cerebro: el tiempo.
El tiempo es invisible, el tiempo es intocable y sin embargo el tiempo controla nuestra vida.
El más disfuncional de los relojes biológicos es el de los adolescentes. En la escuela por la mañana, los adolescentes parecen no estar en su mejor momento para trabajar. Padres y maestros luchan todos los días con los adolescentes para activarlos durante el día, pero esto se debe a su reloj biológico. Los seres humanos tienen su propio mecanismo de cronometraje interno o reloj biológico. Cuando dormimos, bebemos, comemos o nos ejercitamos nuestro reloj interno dirige estas actividades. Mucha gente piensa que los adolescentes son perezosos y seguramente algunos lo son, pero es una predisposición biológica ir a la cama tarde y levantarse tarde. Esto podría suponer cambios radicales en la educación pues la biología de la adolescencia podría dictar el formato de su horario escolar. El mejor momento para estudiar sería entre las 11 am y las 15 hrs., y después tomar clases por su cuenta. Simplemente prestando atención a su reloj biológico podría ser posible mejorar la educación y los resultados académicos de todo el país (Reloj biológico, 2011).

Reflexiones finales
Los cambios por venir, entre otros, implicarían mover los horarios en las escuelas secundarias,  preparatorias y universidades, para hacer más óptimo el aprendizaje de los adolescentes.
La capacitación y el aprendizaje de parte de padres y autoridades con el fin de ajustarnos nuevamente a nuestros ritmos biológicos naturales.
Enseñar a los adolescentes los riesgos de no saber manejar sus emociones.
Como padres orientar a nuestros hijos con amor, pero con disciplina.
Capacitar en las escuelas con métodos alternativos para bajar el estrés como clases de meditación.
Incentivar torneos deportivos para sacar de una forma más sana la agresividad de los adolescentes producto de la mezcla de neuroconductores y hormonas.