Muchos problemas de salud mental en los niños surgen al término de la infancia y principios de la adolescencia. Un trauma emocional a estas edades iniciales puede marcar el resto de la vida del individuo y más aún si no son reconocidos y tratados a tiempo.
La pobreza es un factor importante a tomar en cuenta a la hora de evaluar ya que muchos niños viven en las calles lo cual los predispone a participar muy pronto en sus vidas en el consumo de drogas, delincuencia, violencia y el sexo sin protección. Se estima que 6,000 a 14,000 niños participan en conflictos armados en América Latina. Pandillas y tribus urbanas proliferan cada día más, jóvenes adoptando modelos erráticos en busca de aceptación e identificación. En América Latina, por lo menos 53 millones de niños y adolescentes padecen alguna enfermedad mental. Los casos más frecuentes están asociados con trastornos afectivos, de ansiedad y de conducta, y se calcula que el 75% se inician antes de los 24 años de edad. Sin ayuda pueden llegar al fracaso escolar, abuso de alcohol u otras drogas, conflictos familiares, violencia e incluso al suicidio.El reconocer los síntomas en estos jóvenes pacientes en ocasiones se dificulta, primero por lo inusual de sus síntomas, sumado a la negación de los padres y en ocasiones hasta de ellos mismos. Uno de los primeros síntomas que se observa es la irritabilidad o enojos constantes sin motivos aparentes. También se pueden ver alteraciones en la conducta, así como un bajo rendimiento escolar. El desempeño escolar altera la dinámica familiar por lo que es uno de los motivos principales de consulta al especialista, psiquiatra o psicólogo.
La salud mental en los niños es vital, ya que sin ella se pueden desarrollar múltiples enfermedades en la infancia y en la adolescencia.
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